En la lista de países más innovadores publicada por el GII -Global Innovation Index, España ocupó la posición 30 en el 2020 y la 29 el año 2022. Esto indica que si bien se realizan esfuerzos para posicionar a España como una nación que apuesta por la innovación, aún hay margen para escalar dentro de las 15 primeras posiciones.
¿Cómo lograr que España sea una de las naciones más innovadoras?
El Foro de Empresas Innovadoras y la Comunidad de Industria e Innovación (IND+I) presentaron sus “Propuestas para nuevas políticas de innovación en España” a través de 12 propuestas tractoras, dentro de las cuales, por su importancia, nos gustaría comentar sobre las siguientes:
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Promoción de incentivos para animar la inversión privada en empresas emergentes.
Si bien la Ley de Startups beneficia fiscalmente a empresas emergentes con un tipo impositivo reducido, se podría incrementar los incentivos a las actividades desarrolladas por estas en sus primeros años de vida (5-7 años) en los cuales generalmente tienen pérdidas.
¿Por qué hacerlo? Los emprendedores identifican oportunidades de inversión -nuevas líneas de negocio- en sectores atractivos por su potencial de crecimiento -escalabilidad- y como parte del proceso analizan entre otros aspectos:
- Cuál es la rentabilidad que reciben a cambio de la inversión tanto en el corto plazo -por ejemplo, vía deducciones en el pago de impuestos- como en el largo plazo -el retorno neto de la operación-.
- Qué economía -ubicación geográfica- ofrece mayores beneficios o ahorros para ejecutar actividades empresariales en determinados sectores -por ejemplo, ampliar capacidades productivas en España o en Francia-, en el corto como en el largo plazo.
Como podemos ver, las decisiones de inversión dependen, amén de otros factores económico-financieros, del análisis de rentabilidad. Y es justamente, la rentabilidad-liquidez el combustible de su crecimiento y generación de empleo.
Para facilitar que las empresas emergentes cuenten con mecanismos para obtener liquidez durante sus primeros años, se podría: Ampliar la base de incentivos actuales premiando con mayores deducciones fiscales –crédito fiscal convertible en liquidez- a:
- Emprendimientos con base en investigación, desarrollo, innovación tecnológica o industrial en sectores estratégicos como energía, agua potable, salud o movilidad. Por ejemplo, durante la pandemia, la Ley 23/2020, incrementó la deducción por innovación tecnológica del 12% al 25%, en los períodos impositivos 2020 y 2021, para procesos de producción en la cadena de valor de la industria de automoción .
- La transformación digital en sectores tradicionalmente analógicos como la agricultura, alimentación o manufactura.
- Empresas con actividades de innovación tecnológica -como SaaS o marketplace- o innovación industrial -como IoT o robótica-.
A través de modificaciones en la estrategia nacional de incentivos se generarían condiciones para el florecimiento de empresas que atiendan los verdaderos problemas de la población, que contraten a personal cualificado y que a su vez obtengan liquidez para reinvertirla en su negocio. Este giro, en el largo plazo, impulsaría que la I+D+i sean palancas del crecimiento del PIB.
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Puesta en marcha un Fondo para impulsar empresas emergentes con la participación de las empresas españolas de tamaño intermedio.
El modelo “Yozma”, fondos de capital riesgo impulsados por el gobierno de Israel que invirtieron, en los noventa, en empresas en sectores estratégicos y de esta forma impulsaron la atracción de inversores; se ha replicado con matices en España. Por ejemplo, a través del Fond-ICO-Global, del Programa Innvierte o Coinvierte de CDTI; en los dos primeros, la aportación de capital pública se suma directamente al capital de fondos de capital riesgo; y, en el tercero, se suma a la inversión puesta por inversores homologados en operaciones aprobadas previamente.
Resulta interesante la propuesta de unir capital público con capital aportado por empresas españolas de tamaño medio como estrategia para promover su crecimiento inorgánico, facilitar que incorporen nuevos productos en su cartera o nuevas capacidades tecnológicas en sus procesos.
Los puntos más importantes de la constitución de un fondo o de la participación en operaciones concretas son, por una parte, regular la participación de los inversores público-privados en la toma de las decisiones de las participadas; y, por otra, facilitar en cualquier momento, como lo hacen en Israel, la salida del sector público recuperando el importe invertido en el fondo o en operaciones concretas -si fuese el caso-.
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Desarrollo del programa “Creado en España” (Created in Spain).
El programa “Creado en España” -alineado con la marca “Spain Up Nation”- tiene su razón de ser en la protección y divulgación de las innovaciones españolas dentro y fuera de nuestra geografía.
Para lograr su doble objetivo deber estar respaldado de un marco legal que conceda ciertos derechos y garantías a los emprendedores que tengan productos o soluciones con este distintivo.
En definitiva, ampliar los incentivos fiscales e impulsar la creación fondos de inversión significa ayudar a que las empresas emergentes superen su mayor reto: obtener financiación en etapas tempranas cuando aún no tienen facturación.
Por otra parte, el tener una marca que identifique a las innovaciones españolas apoya de forma directa a las empresas que emplean el distintivo y cumple a la vez con una misión adicional: atraer nuevas oportunidades para el tejido empresarial, en general, en forma de clientes, proveedores o inversores.
El legislador tiene como reto comprender el momento actual, las necesidades de la población y tendencias de la economía global, para generar iniciativas legales que complementen a las actuales e impulsen el crecimiento del tejido productivo español y la reconversión de nuestra economía a una basada en la investigación, desarrollo e innovación.
Autora: Isabel Córdova Samaniego